domingo, julio 26, 2009

ESTE VIERNES 24-7-09 HAN SIDO PRESENTADAS "LAS
CRÓNICAS APÁTRIDAS" DE VÍCTOR RAMÍREZ
POR PARTE DE YOLANDA ARENCIBIA Y EDITADOS
LOS OCHOS TÍTULOS POR LA EDITORIAL IDEA

jueves, julio 23, 2009

NUESTRAS OBRAS LITERARIAS

Aquí les dejo con una reflexión sobre el libro del nuestro compañero escritor LUIS LEÓN BARRETO, para que se animen a releer este verano.
EL CRIMEN DEL CONTENEDOR


Una noche de verano de luna dominante ha ido encendiendo nuestros desesperos de islas. El profesor Bencomo ha terminado recientemente de releer la novela “El crimen del contenedor”, de nuestro escritor Luis León Barreto. Se ha encontrado con una interesante historia, que aprovechando una trama policíaca, margulla por distintas cuestiones de trascendencia existencialista en esta sociedad actual. En “El crimen del contenedor”, el autor armoniza una destacada obra narrativa donde tienen cabida distintos subgéneros novelísticos como la novela policíaca, la novela negra, la urbana… Barreto es uno de los referentes de nuestra narrativa canaria del momento junto a Víctor Ramírez, Rafael Arozarena, Isaac de Vega, Emilio González Déniz, Alberto Omar Walls y a otros escritores emergentes.


Bencomo, unas veces como lector espectador, otras sintiéndose directamente implicado, ha acompañado la trayectoria vital de Henry desde la isla de La Palma a Venezuela para terminar recalando en la capital de España. No es una historia diseñada con una concepción lineal del tiempo, sino que éste se confunde y entremezcla. El autor aprovecha la odisea del protagonista para reivindicar sus raíces canarias, describir, a veces poéticamente, su isla de La Palma. Evoca su infancia, las costumbres singulares, pinceladas de la historia de Benahoare (mi patria, mi tierra). Además denuncia el caciquismo insular de Marante, que lo entronca a los personajes y la atmósfera de la novelística latinoamericana, especialmente la de Gabriel García Márquez.
No se queda aquí Luis León Barreto, en su obra reflexiona sobre los problemas existenciales de esta sociedad capitalista consumista y ferozmente competitiva en que nos ha tocado vivir. Otros temas tienen cabida en “El crimen de contenedor”: la violencia, el sadismo, las mafias… Esta sociedad, donde el consumo nunca termina de satisfacernos, engendra a veces verdaderos monstruos para los que la vida humana y el dolor ajeno les resultan lejanos. Y no es que sean enfermos, simplemente buscan nuevas sensaciones ante el hartazgo hedonista y la falta de valores. Entre ellos existen profesionales liberales, empresarios, jueces, políticos y otros sectores acomodados de la sociedad.

Lo que verdaderamente le ha enganchado a Bencomo es el relato de las relaciones padres e hijos. Nos participa del choque de generaciones donde el cariño y la ternura lo superan todo. En cuanto a la vida en pareja, se palpa la brecha que se abre entre ellos, causada por esa lucha diaria en esta feroz sociedad. En resumen, el profesor Bencomo piensa que “El crimen del contenedor” es un importante proyecto narrativo que demuestra la madurez literaria del autor. Luis León Barreto tiene una amplia obra editada, así “Las espiritistas de Telde”, que es la más conocida. Otros títulos son: “Ulrike tiene una cita a las ocho” (1975), “La infinita guerra” (1985), “El velero libertad”, “¡Mamá, yo quiero un piercing!”… Esta última publicada por la editora canaria Anroart Ediciones junto a la de “El crimen del contenedor”. La Editorial Idea ha reeditado una importante parte de la obra literaria de nuestro destacado escritor Luis León Barreto al que animamos a leer y releer este verano.
Bencomo les deja con las ironías poéticas de Eduardo G. Ascanio: “Su contestador, flor sensitiva, / testigo de mi confesión intensa / lo filtró todo a la prensa / y cobró por la exclusiva”.
TAMBIÉN LO ENCONTRARÁN EN LOS SIGUIENTES PERIÓDICOS DIGITALES:

martes, julio 14, 2009

QUE LA NOCHE TRASPASE MI PIEL

Amigos-as en este poema se nos ofrece un placer nocturno independiente del consumismo reinante. ¿Qué les parece?


QUE LA NOCHE TRASPASE MI PIEL

Llega la noche, oscuridad, tinieblas,
Miles de ojos centellean, acechan,
Amenazan con dentelladas.

Las estrellas visten la noche,
Se serena el ánimo, refresca el espíritu.
Levanta el vuelo el corazón dormido,
Atraviesa como lechuza el manto
Oscuro de la noche.

¡No quiero dormir, espero me inunde
La noche, me filtre, traspase mi piel!

¡Qué disfrute-consumo más barato,
nos regala la mágica noche!
De un euro nos puede sobrar
.


( Del libro "Verdades verdes desde el palmeral de Satautey)





miércoles, julio 08, 2009

EL AZUL HOY CALA LOS TECHOS...


EL AZUL HOY CALA

El azul hoy cala los techos,
Las paredes, los cuerpos,
Los dormidos corazones.

Enciende las ilusiones.
Las renovadas esperanzas
Incineran las frustraciones,
Desalientos, tristezas, vértigos.

¡Pincelan los futuros
Que iluminarán
Los sepias del pasado!

Amigas y amigos lectores:
Sí, esos pasados sepias
Escondidos en los cuartos
Oscuros con telarañas
De nuestros cuerpos
Pinchados por el dolor.
¡Y qué dolores a veces!

DESDE EL BALCÓN DE NUESTRA PALMAERA


DESDE EL BALCÓN DE MI PALMERA

TRES ERAN DOS, CÉSAR Y GAUDÍ (2)

Félix M. Arencibia

El verano sigue encendiéndose desprendiendo supuestos olores a monte quemado. Bentejuí Macías, piensa que hay que mantener bien limpios los montes, cunetas y campos de hierba seca. Nada de “fósforos” que quieran prender fuego a los bosques, como en el título de una de la novela de la trilogía del sueco Stieg Larsson. ¡Que el verano sea disfrute y no tragedia! Inicia la redacción de una nueva carta, continuación de la anterior, a su amigo Fernando Pérez Nadal. Hola:

Repasando la biografía de Gaudí, Fernando, me llamó la atención su muerte en un accidente de tranvía. Enseguida me acordé de nuestro querido César Manrique que también falleció de parecida manera al igual que Sventenius, el sueco fundador de nuestro Jardín Botánico “Viera Clavijo”. Dicen que los genios son despistados, a ellos los atropelló la modernidad que ellos pretendían, pero las máquinas son productos rebeldes de esa corriente menos artística y más maléfica, pues ha contribuido con su contaminación al cambio climático. Ambos, César y Gaudí, tanto montan uno como desmontan el otro, eran lo que algunos podían etiquetar en la actualidad unos “artistas cursilones” enamorados de la Naturaleza. El catalán con su irreverente, para sus precursores, catedral de la Sagrada Familia, es un desafío a la arquitectura anterior y quizás posterior en el que la naturaleza y el arte se abrazan como dos tortolitos ñoños. El Parque Güel, qué bien nos había venido algo parecido si motiváramos a nuestros artistas y arquitectos, es un pulmón verde donde Gaudí anida su modernista obra. En ella suelta dragones mitológicos, juguetonas ranas, miradores con bancos multiformes y multicolores. Luego la Casa de la Pedrera y otras tantas obras donde dejó el catalán su sello irrepetible.
Nuestro César Manrique, Fernando, de alguna manera era un alma gemela, pero incomparable por su genio y su obra. César amasó con la lava del volcán sus obras muchas veces funcionales y otras más de finalidad estética: restaurantes, museos, casas, castillos, zonas de ocios… Así tenemos su Jardín de Cactus con su molino de viento antiguo, modernidad y tradición se ensamblan como un puzzle en un paisaje volcánico. En los Jameos del Agua, César hace el amor con las huellas de un tubo volcánico y da a luz una criatura hermosa, saludable, rebelde, personal. El artista canario además esparció de esculturas móviles que me recuerdan, amigo, a los molinillos con los que jugábamos cuando pequeños que terminaban hechos pedazos o con el palo de gamona roto por los suelos de tantos pinchazos con el alfiler. En el Monumento al Campesino, que se asoma como un don Quijote en medio de la llanura apiconada cubierta de parras, César supo homenajear al campesino canario, ejemplo de lucha, constancia, supervivencia y amor a la tierra. Luego nuestro artista amante del medio ha ido esparciendo la semilla de su arte por otras islas. ¡Lástima que no se le haya aprovechado mucho más! Como él no habrá otro, pero existen muchos artistas canarios que podrían aportar su creatividad para resaltar la belleza original de nuestro Archipiélago.
Sí, querido Fernando, tres fueron los amantes de la Naturaleza que perecieron ante la máquina contaminante: César Manrique, Eric Ragnor Sventenius y Antoni Gaudí. Dos fueron los artistas que fusionaron naturaleza y arte: César y Gaudí. ¡Enigma resuelto, catalancito de adopción! ¿No se te habrá pegado lo de la pela es la pela?
Bueno, te dejo con los cálidos versos de otro creador solidario, Mario Benedetti (Montevideo, 1920-2009): “Te vas tan sola como siempre / te echaremos de menos / yo y los brazos de la tarde / yo y mi alma y mi cuerpo.”