sábado, septiembre 25, 2010

A LA MEMORIA DE MIS PADRES

Recuerdo a mis padres ya fallecidos pero siempre presentes en mí, con el cariño y el agradecimiento por todo lo que lucharon por su familia. Leí este poema en un recital en la basílica de Teror en la isla de Gran Canaria. Lo realiza todos los años la Asosiación de Poetas la Arcadia desde hace 18 años y con motivo de las fiestas de la Virgen del Pino. 

HASTA EL FARO DE ATERURE


Mis padres fueron ejemplo de veneración
a la diosa guanche posada en un pino.
Aterure fue su faro, palpitante estrella
anidada en el más lindo de los valles.
Un refugio ante la gran impotencia
del dolor, la pobreza y la explotación.


¡Un refugio, un sagrado almogarén
para tantos canarios y canarias!



Con su juventud danzándoles en el corazón
Fueron de belingo, al altar de nuestra dama,
como nuestros jóvenes, bailando y cantando
alegremente nuestros más hermosos sones.



Cuando la vida empezó a cercarles
acudieron con una fe sin dobleces
a la diosa guanche, a la Virgen del Pino.
Tras largas caminatas, arrodillados
rezaron por el futuro y salud de sus hijos.
¡Oraron cómo tantos canarios y canarias!



Cuando la enfermedad se ensañó con ellos
volvieron hasta ella solicitándole
una vejez digna, sin dolores gratuitos.
¡Bastante habían soportado los pobrecitos!



Ahora que mis padres no están conmigo
pienso que invocarían por nuestra gente
para que pudiera luchar para cambiar
este sistema injusto que la ha condenado
a la indignidad de la explotación perpetua.

¡Clamarían por tantos canarios y canarias!
¡Y por tantos otros humanos del planeta!
¡Qué la alegría adorne sus hogares!



FÉLIX MARTÍN ARENCIBIA


15-09-10

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