Monolito, obelisco
del ansia humana.
Faro deslumbrado
por el azul ardiente
de la ilusión alegre
que se va elevando.
Siluetas solidarias
de palmeras expectantes
persisten arropándolo.
El pueblo, bullicioso.
Allí, disfrutando, a sus pies.
Espejeando sus cuerpos
entre niños, gritos y colores.
Entre la vida que se agita.
Félix Martín Arencibia
Estampas poéticas