Vuelan nuestras añoranzas del terruño amigas-os...
VOLANDO
TRAS LA AÑORANZA
Vacío,
nada, luz, avión,
cercanía
del silencio,
ronquidos
de motores,
voces
un tanto cercanas
puede
que acompañen
su
anhelado
concierto.
El mar,
las olas que se encrespan,
amenazan
con castigar al cielo,
con sus
manos clavarles
su
líquido puñal.
Ahora,
la silueta del avión
hiere
el profundo azul.
Algodones
se derraman
sobre
el verde esmeralda
de una
mar ya un
tanto
en calma.
Adiós a
mis queridas montañas,
a mis
quebrados barrancos.
Adiós a
mis sexis bailarinas
palmeras
de largas melenas.
Adiós a
mis serios cardones
que
rezan mirando al azul.
Adiós a
mi gente, mis raíces,
la magua de mi patria canaria.
¡Pronto
estaré de nuevo
ahí,
junto a ustedes!
Félix
Martín Arencibia
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