lunes, enero 18, 2016

LAS MUCHACHAS SE BESAN, LOS MUCHACHOS HABLAN DE FÚTBOL

Quedan ustedes, amigas-os con esta narrativa dicotómica:

LAS MUCHACHAS SE BESAN, LOS MUCHACHOS HABLAN DE FÚTBOL

Rosa y Mercedes, dos jóvenes que se encuentran, se besan efusivamente. Se sonríen, se cuentan las últimas novedades, sus reveses y problemas más íntimos.


¡Qué guapa! ¿Y ese peinado nuevo? ¡Huy, que me temo lo mejor! Se expresa Rosa un tanto animosa.


¡Ja, ja!, ¡nada, que me aburro de ir por ahí siempre con la misma cara! le contesta siguiéndole con cierto de humor Mercedes.


¿Y tu madre cómo anda?


¡Mal, en la clínica y apenas come! ¿Y tú matrimonio?


¡Fatal, cada vez Rafa está más en el pasado! La agresividad ante la impotencia parece ser su única salida. Tengo la esperanza que se instale en la realidad presente de que él no es el dueño de mi vida. De que el mundo está cambiando.


¡Mal, camino, chica, hay que salir de ese desfiladero! ¡Hay que emprender un nuevo vuelo hacia la libertad e incluso un cambio de nido y…!, ¡Je, je, ya tú sabes a qué me refiero!


Hija no sé cómo tienes ganas de bromear. No estoy para nuevas aventuras amatorias.


¡Qué el maldito machismo no nos secuestre la alegría? ¡Jo, jo! La alegría y el humor son la manera, Mercedes, de ganar esta guerra que nos ha tocado sufrir.


Puede que tengas razón, Rosa. ¡Es posible que si perdemos la alegría malogremos casi todo! una ligera sonrisa asomó a sus labios un tanto descoloridos aún.




Entretanto, al lado y en torno a dos vasos se encontraban Pepe y Paco. ¿A qué no adivinan de qué hablan? Claro, de fútbol, de su Madrid y Barcelona, de su UD conversan cada vez algo más, pues anda con problemas en la segunda división. ¡Ya quisieran ellos que estuviera en primera!


¡Vaya gol se marcó el Messi! ¡Genial! exclamó Pepe.


¡El Madrid me trae por la calle de la amargura! ¡Eliminado de la copa y ahora de la Champion! le contestó su compañero de copas, Paco.


Chico, ¡je, je! ¡Apúntate a los equipos ganadores como el culé!¡Bueno, yo tampoco estoy del todo contento, pues la UD no hay manera de salga del pozo! ¡Un paso para adelante, dos para atrás! ¡Ja, ja, cómo la yenka! entonado por el ron.


¡Sí, pa…re…ce que la mi-ró un gato tuerto, ji, ji! se contagia de Pepe, de su euforia y ya hasta tartamudea bajo los efluvios del alcohol.


Así se les escapaba el tiempo, a ambos compañeros de barra, con poco más de un monotema. Al final terminaban medio llorando, saltándoseles una lagrimilla pegajosa y hasta, créanlo, dándose un abrazo. Luego, saliendo apoyándose uno en el otro con los brazos echados por encima.




¡Benditas las mujeres! ¡Tienen menos miedo de expresar sus debilidades y sus sentimientos en general! ¡Infortunados los hombres! Se refugian en el fútbol y la bebida para no enfrentar de alguna manera sus problemas. ¡Tienen que mostrarse siempre fuertes y triunfadores! Su educación y su rol machista les ha hecho cobardes, mientras que buscan aparentar ser lo contrario: hombres duros que nunca lloran ni siente miedo ni ninguna otra debilidad. Aunque sea a costa, como decíamos, de narcotizarse con la bebida. ¡Mientras, por desgracia, las mujeres corren peligro ante la impotencia machista que se encarna en el monstruo de la violencia machista!



Félix Martín Arencibia


lunes, enero 11, 2016

EL SOL LO INUNDA TODO BAJO SU MANTO RABIOSO

Amigos-as el sol lo inunda casi todo bajo su manto rabioso

EL SOL INTENSO LO INUNDA TODO

El sol intenso lo inunda todo
lo abraza casi íntegro
bajo su rabioso
 manto.


Los demonios se agazapan detrás
de los árbolesmonstruos
acechan con miles de
 ojos negros como
 la noche huérfana.

Mi ansiedad recorre los campos
 buscando refugio a su
desesperación.

Vuelo sobre las palmeras buscando
la ansiada libertad perdida
en el infinito azul.

El miedo atenaza la razón,
la convierte en una
nebulosa un tanto
invisible.

Quizás, no lo sé, puede ser
que se encarne en
 brillantes estrellas
de esperanzas
ciertas.
Félix Martín Arencibia



martes, enero 05, 2016

AMAPOLAS PARA UNA MEMORIA

Con ustedes amigos-as la planta llamada vinagrera y un relato gestado en Londres-06

AMAPOLAS PARA UNA MEMORIA

            El ya algo viejo Espectador, sentado frente a la tele, se sentía algo receloso. No entiende casi nada de inglés a pesar de los esfuerzos que ha realizado para dominar el idioma de W. Shakespeare Los presentadores e invitados de la televisión le resultan marcianos, con sus amapolitas colgando de sus vestidos. Parecían que celebrasen algunos carnavales si no fuera por su seriedad. Por las calles personas mayores y algunas no tanto portaban unas amapolas en sus solapas. Algunos llevan boinas y un tanto orgullosos llevan unas cuantas medallas reluciendo en sus chaquetas. También discurren algunas mujeres que lucen también de condecoraciones. Incluso algunos llevan faldas escocesas ¿Qué significarán esas amapolitas?, se pregunta el Espectador.

Al Espectador, le resultaba toda esta especie de espectáculo algo un tanto cursilón. Ser reiría de todo ello si no los viera tan circunspectos, como si realizaran un ritual algo religioso. Se da un paseo en una guagua de turismo. Frente a la añeja, pétrea y bella catedral de Westminster se encuentran colocadas muchas cruces pequeñitas adornadas con las ya mencionadas flores de papel. Seguía sin explicarse  toda esta parafernalia que coincidía con un tráfico intenso en la capital londinense. Se encontró con un grupo un tanto escandaloso de turistas españoles acompañados por un guía venezolano.

–Oiga, perdone, ¿qué significan esas amapolas que portan la gente? –le interroga don Espectador con cierta curiosidad.
–¡Ah, las exhiben en sus vestidos para celebrar el día del Soldado Desconocido! Se  homenajea al millón de fallecidos británicos durante la Segunda Guerra Mundial.
–¡Gracias por la información, amigo! ¿No cree que tendrían que recordar también a los fallecidos en las guerras de Irak, Afganistán, Siria…? ¡Sí, tanto a los suyos como a los nativos de esos países que ellos atacaron y que son también hijos dios aunque el suyo se llame diferente! –le sugiere el Espectador.
–Quizás tenga razón, perdone, pero ahora tengo que seguir con mi trabajo de guía.


El Espectador continuó pensando a raíz del hecho que había presenciado. En España, y también por supuesto en Canarias, también tendrían que recordar el cerca de un millón de muertos entre la Guerra Civil y lo no menos sangrienta represión de la postguerra. Han permanecido casi setenta años aparentemente olvidados los que fueron lanzados a pozos, simas, al fondo del mar… Ya está siendo hora que acabe ese silencio amordazado. Es necesario que se desentierre la memoria y los restos de los seres queridos para que nunca se vuelva a repetir semejante atrocidad. ¡Esperemos que haya amapolas para todos los implicados! ¡Si no nos conformamos con unas margaritas silvestres que tanto abundan por estos lares!, pensó con cierta ironía.
London 12-XI-06 (sí fue concebido en Londres por esta fecha)

Félix Martín Arencibia