Lienzo vestido con
asombro
de naturaleza
blanquiazul.
Serenidad, sosiego,
impulso.
Fuego níveo ardiendo
interior
de espíritu corpóreo
que ahora
navega más bien
inquieto.
Ramas pino cuelgan de
belleza
llovida desde
galaxias y estrellas.
De un cosmos algo
huraño
pero encendido de
colores
de pasión algo
enredada
en cometas miedos
fugaces.
La fuerza de este
paisaje
alimenta innatas
solidaridades
de vida, de humanos
contra injusticias,
desprecios
esclavistas tal vez
surgidos
de la codicia un
tanto fría,
sin alma y a veces
asesina.
Resplandor azulado
nieve
nos va empapando
lentamente
de placer, alegría,
emoción,
fuerza rocosa y de
fragilidad
al filo del vértigo
precipicio
de contradicción
instantánea.
La magia poética de
Neruda
puede que
probablemente
brote de pirámides
andinas
ancladas en alma de
incaica.
©Félix Martín Arencibia
febrero2021
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