viernes, mayo 07, 2010

UNA AVENTURA DE LA PANDILLA JERIBILLA


LOS EXTRA-ÑOS DRAGONES



DE TIMAN-FAYA


Cuando Enac, la señora de las tinieblas, lo hubo inundado todo se dispusieron a salir a una exploración nocturna. Lo querían hacer volando sobre aquel Mar Pétreo de Timanfaya. Para ello tomaron los polvos de la Bruja Coruja. Cuando la Luna comenzó a iluminarlo todo sobrevolaban sobre aquel hermoso mar de lava. Iban acompañados por sus amigos los guayotas o diablillos de César. ¡Era demasiado impresionante ver a aquellas bocascráteres que parecían querer atrapar la Luna y las estrellas! Bajaron en un momento determinado al malpaís.


Paseaban muy tranquilos bajo la luz de la Luna cuando unas nubes, como gatos negros, envolvieron al satélite de la Tierra y todo quedó a oscuras. Se mostraron sorprendidos ante aquel eclipse, apenas distinguían nada. Empezaron a adivinar unas sombras gigantescas, oyeron rugidos furiosos… Parecía que se desarrollaban peleas entre enormes seres que se revolcaban en el mar de lava. No sabían qué era exactamente. Estaban asustados y se escondieron tras unas rocas a ver qué pasaba. Guardaron el más absoluto de los silencios. Mientras, los gruñidos y los ruidos que parecían golpes aumentaban.


─ ¡Qué bichos más extraños! ─ dijo Tanausú.


Los demás continuaron callados. En medio de las tinieblas se empezó poco a poco a alumbrar el cielo. Gigantescas llamas de fuego salían de una especie de dinosaurios de piedra negrísima. Algunos eran más altos que los volcanes. Luchaban entre ellos, cuerpo a cuerpo o lanzándose grandes llamaradas unos a otros. Nuestros pandilleros los contemplaban asombrados, parecían que se encontraban en la época de los dinosaurios. Después de luchar durante un largo rato, se echaron extenuados sobre los mantos de lava... (continúa) 


Una parte de una aventura del libro "Extraños dragones en Timanfaya"
Félix Martín Arencibia

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