LAS HORMIGA QUE MÁS DA
Las hormigas pasaban y pasaban delante de mis ojos atentos. Una de ellas, Angustias, se quedó atrás, parece que no puede alcanzar a las demás. Lo intenta, sufre, patalea nerviosa. Al fin comprende la inutilidad de sus esfuerzos y se sienta a descansar diciendo: ¡Aquí me quedo, jajá! Ya me incorporaré más adelante y si no voy a mi ritmo. ¡Qué más da! ¡Ah, ellas se lo pierden!
LA PECHUGUITA DE CORBATA ROJA
Ahí se encontraba Pechuguita, elegante, con su corbatita roja. Da saltos y realiza vuelos cortitos. ¿Qué te pasa?, me pregunta. ¡Todo me parece imposible, no puedo! Me dice estas palabras: “No seas boba, intenta volar, aunque sea un poquito como hago yo”. No necesité más palabras, lo entendí.