La mañana y el sol jugando a las cogidas
en medio de las palmeras
de agua y fuego.
Otra mañana que despierta
poco a poco en mi corazón
algo atormentado
por las oscuridades
agazapadas entre gigantes
de palmeras.
Suave se mece la palmera sobre el celeste.
La brisa revolotea entre la arboleda
cual mariposa libadora.
El agua va y viene abrazándose a la arena
bajo el sol mañanero que la encandila.
Voces de niños juegan entre el rumor del agua
llegando a mí con música de infancias.
Ir y venir de cuerpos ciñéndose al agua cristalina
tendida bajo un sol ardiente.
©️Félix Martín Arencibia
Agosto 1999
Agosto 1999
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