Amigas-os rescato de las telarañas del tiempo estos versos, quizás un tanto efusivos
“Hola te digo yo”
Desde siempre
te conozco, te acaricio,
te beso en sueños.
Hola, nariz picuda,
caramelo lindo
de una infancia
sin golosinas.
Acércate para ver tu cara,
besar tus ojos,
dormirme en tus labios,
rezar con tu figura.
Neruda y sus veinte
canciones de amor y…
Eh, muchacha ven.
Agarro tu silueta que se escurre
en tu mirada que vuela
entre mis deseos.
Ven que te llevo hasta la montaña
del deseo, hasta los cielos del éxtasis.
Ah, muchacha, olvídate de mí.
Ya no quiero acostarme en el fuego
de tus ojos de pájara echada.
Márchate, no quiero verte más.
Se acabaron los deseos envueltos
en esperanzas defraudadas.
©️Félix Martín Arencibia
Luces de fuego, 1996
No hay comentarios:
Publicar un comentario